Alegría, paciencia para recibir al Niño Jesús

Tercer Domingo de Adviento – Ciclo A (Mateo 11, 2-11) 15 de diciembre de 2013

Vayan y díganle a
Juan lo que están viendo y oyendo”


Isaías nos seduce y anima en la preparación para la llegada del Señor, la Navidad. Los corazones se conmueven pero no motivados por la tristeza, sino por la alegría, una alegría perpetua.
Por ejemplo, es la alegría que experimenta una caravana después de su largo camino por el desierto, abrumada por la desazón, adolorida por el sufrimiento y encuentra un manantial de agua, la fuente de vida, fertiliza la esperanza, irriga el interior y se expresa en miradas felices, con palabras edificantes; el desierto se convierte en pradera.
Estas caravanas no quedan retratadas solamente en las imágenes de la historia, también están presentes en los cientos de hombres y mujeres que llegan de otros países, no en camellos, pero sí en aviones, en bus camión,… buscando algo más para la vida.
Esperar el nacimiento de Jesús requiere de laboriosidad y paciencia de un labrador que espera y valora cada gota de agua caída del cielo y empapa la tierra y salva la cosecha. En las épocas de larga sequía no debemos desesperarnos, las alarmas de los analistas nos pueden destruir, queremos los analistas que construyen, con propuestas proféticas
El profeta compañero de adviento es Juan el Bautista, está en la cárcel y por medio de sus enviados recibe una respuesta propia confirmando las acciones del Mesías. Digamos, Jesús está movilizando esa caravana por el desierto de la vida para llegar a la ciudad de Sión; está haciendo todo lo posible para que los ciegos de todas las cegueras vean; que todos los enfermos de todas las enfermedades contagiosas del cuerpo y el alma queden limpios y no destruidos y abandonados a su suerte. El reino que anuncia, y al que dedica su vida, tiene unas connotaciones muy particulares, algunas de las cuales van más allá de lo que los profetas pidieron y anunciaron.
Prepararse para el Nacimiento de Jesús implica trabajar en las virtudes planteadas, en este día se destaca la alegría, la esperanza. Para ello, debemos revisar la vida, no sólo el diagnóstico sino también la medicina, no basta con identificar los problemas sino que es importante trabajar en las soluciones.

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